18.7.16

Nadar para vivir

Nadar. Me encanta nadar. Pienso que algún día, no muy lejano al presente, me van a surgir las branquias, voy a despertar en la mañana y tocándome los laterales del cuello van a estar ahí, en forma de tres diminutas hendiduras en la piel. Pero no me gusta nadar solo por recreación. Me encanta estar donde los peces y que el silencio reine porque la presión del agua oprime mis tímpanos. Todo es mutismo salvo por ese constante toc toc toc que hace de banda sonora aquí abajo, sin embargo lo disfruto.