Empezó el 2019. Pasaron los días y llegué al veintiocho de enero con el gusto de no haber escrito nada en el último mes, en los últimos dos meses... desde que se publicó Ignífugo. Esto no puede continuar.
Voy a hacer un ejercicio de escritura por acá hasta que se me ocurra una buena idea sobre la cual escribir, hasta que venga el fin del mundo, me canse o me llene de no-sé-qué y se me vayan las ganas del cuerpo.
El ejercicio consiste en subir por día una imagen y una frase que se asocie a ella. No sé si me va a salir una frase, un poema, un relato o una palabra. ¿Ven? Ya me estoy llenando de nosés.
Pero bueno, a escribir se ha dicho.
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