¿Te acordás de la siesta?
¿de cuando bajábamos la persiana
y el sol del invierno
se colaba dibujando
lineas desconectadas?
¿de la cama contra la pared?
¿de la almohada en el piso?
¿de la puerta arrimada a propósito?
¿del mate que venía después?
¿te acordás?
Seguro, fijo que se acuerda, como para olvidarlo, claro que se puede repetir si hay que refrescar la memoria. Abrazucos
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