31.5.16

El zoológico del patio trasero

Era un mediodía como cualquier otro. La casa de mis abuelos era exactamente como la recordaba. Estábamos todos los integrantes de mi familia materna, comiendo el postre, riendo y charlando, como si el tiempo se hubiera detenido en un instante magnífico y éramos felices. 

En determinado momento, mi atención es captada por algo proveniente del exterior. Giro mi cabeza en dirección a la puerta corrediza que funciona conectando la cocina y el diminuto patio, que podía ser divisado por completo desde mi lugar. El parral de uvas que siempre estuvo afuera, seguía allí, seco y sin uvas, pero seguía. Sólo que esta vez, había algo distinto en él.
Me froté los ojos porque no podía creer la imagen que estaban enviando a mi cerebro: había animales exóticos en el patio de la casa de mis abuelos, ¡en el mismo que jugué mil veces!

En la parra, trepados, habían cinco o seis monos, todos de la misma especie pero de distintos tamaños. Impactada, me levanto de la mesa y todos a mi alrededor se giraron hacia lo que yo estaba viendo, ellos también los veían. Sigilosamente abro la puerta corrediza, tratando de no espantar a las hermosas criaturas que jugaban libres allí. Mi plan se vio arruinado en el momento en que los más pequeños de la familia, corrieron al patio y alzaron sus manos, tratando de tocar a los monos. Con su alborotada infancia a cuestas, no entendían que los monitos eran reales. Aunque yo tampoco entendía. Los monos se espantaron y treparon rápido hacia las afueras de los muros que rodeaban la casa. No podía verlos más. Me entristecí.

Más tarde, el mismo día, estábamos con mi madre observando las nuevas flores que habían nacido del centenar de plantas que mi abuela tenía en ese pequeño jardín. Las altas paredes que una vez recordé haber visto cerrando el lugar, ya no estaban. Y del otro lado no habían otros patios, estaba el mundo real. Ante mis ojos había un inmenso bosque lleno de hermosas criaturas que venían a saludarnos, sin miedo, como si hubieran olvidado que los humanos cometíamos atrocidades contra ellos.

Me froté los ojos por segunda vez.

Una tortuga de más de cien años, caminaba hacia nosotras dos, que estamos estáticas en el suelo, anonadadas. Venía chillando, pidiendo auxilio. No sabía que las tortugas chillaban como un bebé recién nacido. Mi madre y uno de mis tíos, alzaron la tortuga y la examinaron, despacio, tratando de no lastimarla. Una de sus patas traseras tenía una espina clavada. Sin dudarlo, se la extrajeron, y lograron que la criatura dejara de gritar. Luego la soltaron para que pudiese volver a donde estaba antes de nuestra extraña irrupción.

También vi una comadreja, la que nunca imaginé ni vi, pero mi imagen en el sueño era perfecta y tenía exactamente la misma forma que tiene una en la vida real. Su piel estaba lastimada y le faltaba pelaje. Supuse que había sido víctima de ladrones de pieles. Mi madre, por segunda vez, se dispuso a curar a este animal.

De más lejos todavía, se acercaba una especie de lobo hembra. Era lo más hermoso que había visto jamás. Se asemejaba mucho a un perro, con sus formas alegres y amables. Se acercó a mi y dejó que la tocara, pero no movía la cola. Quise quedármela, pero estaba claro que no podía hacer tal cosa.

El sueño duró exactamente cinco minutos, entre los que figura uno de los momentos más felices, aunque fuera fantasía. Afortunadamente no fue en blanco y negro, como suelo soñar.

Inexplicables cosas nos hace la mente humana.

Este sueño fue la expresión de los innumerables momentos felices que pasé en aquel pequeño patio de Gualeguay, casi la mitad de mi vida. 

13 comentarios:

  1. Talvez tenga que ver poco, o mucho.
    Pero reviví la historia de esa foto que pusiste, la vida de tipi. hace algunos años había visto un documental sobre ella y quedé fascinado. que cosa hermosa, ese contacto es invaluable!
    https://actualidad.rt.com/sociedad/view/96778-mowgli-fotos-nina-selva-africana
    (por si no conocias la historia, en youtube también hay banda de videos)
    saluditos!

    ResponderEliminar
  2. Parece que fueron cinco minutos magníficos.
    Si dura un poco más quizás hubiera aparecido yo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Esos bonitos sueños son los que nos hacen vivir tiernos momentos de nuestra infancia.
    Que tiempo tan corto y tan bien aprovechado.
    Gracias por tu visita a mi blog. Me ha gustado el tuyo. Nos vemos.

    Un abrazo Martina.

    ResponderEliminar
  4. ¡Hola!
    Soy nueva por tu blog, acabo de descubrirlo y ya me quedo siguiéndote ❤ Si quieres puedes pasar por el mío y si te gusta me puedes seguir devuelta jeje.

    Que bonito post... me ha encantado todo lo que has escrito...
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Gracias Torito, Fede, Daphne y Lauriya!! Me alegro que les haya gustado! Saludos afectuosos

    ResponderEliminar
  6. También me ha encantado tu blog, te sigo.
    Un besito.

    ResponderEliminar
  7. Que bonito!!! M e quedo siguiendote y te invito al mio ,un beso.
    http://estoyentrepaginas.blogspot.com.es

    ResponderEliminar
  8. Bello escrito !! bello volverte a leer!
    saludos!! buena semana!

    ResponderEliminar
  9. Hermoso sueño!!!
    Me llamo la atención lo de sonar a blanco y negro
    un besito me paso por aquí
    te espero por mi blog :)

    ResponderEliminar
  10. Gracias a todos! El mar siempre está abierto. Saludos afectuosos

    ResponderEliminar
  11. hola! que placer conocerte y me vino a la mente que tu pudieras interesarte en ver en nuestro blog, invitacion formal, y algun dia nos hagas una historia con mi desafio...hermoso tu blog , aqui nos quedamos. abrazobuho!

    ResponderEliminar
  12. Muy lindo lo que escribís, me encantó!!!
    saludos

    ResponderEliminar